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LA ACTIVIDAD CACAOTERA URBANA EN EL BARRIO DE LA CALLE PANAMÁ, GUAYAQUIL, ECUADOR

 Por Pedro Valero Merino investigador en historia y arqueología

El espacio de la actividad cacaotera urbana en Guayaquil se realizaba en dos calles Malecón y Panamá desde Junín hasta Montalvo, en el lado del malecón estaban las casas exportadoras y los muelles, mientras que en la calle Panamá las bodegas. Las actividades de procesamiento del cacao y otros granos se realizaban en esa calle aprovechando el sol.

Después del Incendio Grande se establecieron en el malecón las casas exportadoras de Zevallos, Lisimaco Guzmán, los Hnos. Rayre, Rohde, los Hnos. Aspiazu, Pedro Maspons entre otros. 

En un principio la labor de la selección del grano solo lo hacían los hombres, sin embargo, la crisis económica y la inestabilidad política que vivió el Ecuador entre 1925 y 1947 hizo que las mujeres para ganarse la vida se sumen a esa labor con sus hijas/os. 

“Durante la selección se deben eliminar granos pequeños con peso menor a 1 gramo, granos defectuosos, granos pegados, mohosos, granos partidos, granos vanos y quebrados, impurezas…”  La clasificación se puede hacer por tamaño, color externo y en base a parámetros ya establecidos por el comprador o el mercado internacional. (Página Cacao Móvil)

Los hombres se encargaban de zarandear, poner en los tendales a secar el grano en la calle y de estibar los sacos de cacao en los barcos y sí, algunos niños y jovencitos que querían ganarse unos sucres también se ponían a seleccionar los granos. 

Las personas que laboraban en estas actividades las denominaban cacahueros y formaban un gremio muy numeroso.

Muchos de ellos habían migrado del campo a la ciudad y habían establecido sus domicilios en el cerro Santa Ana, del Carmen, en la Quinta Pareja, Puerto Duarte, las calles Machala, Quito, para citar algunos lugares. 

Por más pintoresco y romántico que quieran hacer parecer al trabajo que se hacía en la calle Panamá, estimado lector si te hubiera tocado fajarte horas bajo el sol canicular con el cemento y el asfalto como asiento y cargando sobre tu espalda quintales y quintales de cacao para luego recibir una paga ínfima, de seguro, que no sería algo grato para ti y por cierto el olor del cacao es muy fuerte, solo agradable procesado en chocolate. 

Fotografías correspondientes al ensacado de cacao y a la selección del grano tomada en la calle Orellana (Luzarraga) en 1959








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