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LA SOMBRA DE LA HABITACIÓN - HISTORIA DE TERROR MEXICANA

 Mi nombre es Dayana, soy de Puebla y esta historia o experiencia es de las vacaciones pasadas.

En Diciembre vamos a Mazamitla, un pueblito mágico donde hay cabañas, a pasar la navidad.

Generalemente solo vamos mis hermanos y mis papás pero en esta ocasión también fueron mis primos y mis tíos.

Por lo que mi papá rentó una cabaña mas grande, esta era de hecho de dos pisos.

Al llegar y entrar al pueblito me sentí muy contenta para esas fechas, el clima es muy frío y todo el pueblo que esta antes de las cabañas, esta bien decorado por colores navideños.

Antes de llegar a las cabañas estuvimos en el pueblo recorriendo un poco las calles comprando cosas que nos faltaban.

 Una hora después volviámos a las camionetas para ahora si, acercarnos a la zona de cabañas.

La que sería la nuestra era realmente muy grande y bonita, por fuera se veía como una cabaña que se diferenciaba del resto.



Pero al entrar, notamos que su interior era muy distinto a lo que mostraba por fuera, ya que se veía como si se hubiera estacionado en una época y allí se hubiera quedado.

Nos repartimos las habitaciones, para esto debo decir que yo tengo dos hermanos y una hermana y mis primos son dos, un hombre y una mujer.

Así que en una habitación dormiríamos mi hermana, mi prima y yo.

Y en la otra, mis hermanos y mi primo.

En todas las habitaciones había ventanas, las típicas cuadradas y de un tamaño moderado… pero en la habitación que nos había tocado a nosotras, había una ventana que llegaba practicamente al piso, era muy alta y realmente rara.

Tan solo de verla daba una sensación extraña, la misma que sientes cuando ves objetos antiguos como muñecas o muebles antiguos.

Bajamos por nuestro equipaje y lo subimos a las habitaciones.

Mi prima y yo estábamos ordenando un poco la ropa y nuestras cosas de uso personal, las dos terminamos al mismo tiempo pero al ser la hermana mayor, me sentí con la responsabilidad de ordenar la ropa de mi hermana ya que era mas chica que yo.

Mi prima no me quiso esperar y bajó apenas terminó, yo me quedé terminando de ordenar ahora la ropa de mi hermana.

Estaría por terminar cuando un sonido como si de un rechinido se tratara se hizo presente en la habitación, luego de eso me pude dar cuenta que la ventana enorme esa, se había abierto.

Me levanté, me acerqué a ella para cerrarla, realmente estaba frio el ambiente.

Al empujarla para cerrarla, me dí cuenta de lo pesada que era...

-¿Cómo se abrió?

Peesaba muchísimo, de hecho mas que una puerta.

Esos pensamientos se desvanecieron rápido,  luego de que vi a mis primos y mis hermanos jugando afuera.

Terminé de acomodar la ropa de mi hermana y bajé corriendo.

Llegando con ellos, estaban solos, planeaban explorarun poco el bosque, nuestros papás estaban ordenando las cosas que habíamos traído y preparaban la comida.

Nosotros teníamos hambre y para distraernos daríamos un paseo en los alrededores.

Había una neblina densa lo que le daba un toque de misterio al bosque. De por sí los bosques son lugares a los que debemos tenerle su respeto, ya que son extensos y además hay animales que no suelen ser amistosos, es decir se debe entrar con cuidado en ellos.

Mi hermano y yo teníamos cierta experiencia en ese bosque ya que todos los años íbamos, dejamos a nuestra hermanita en casa y le avise a mi mamá que estaríamos afuera, ella solo me dijo:

-No se alejen demasiado que ya esta por oscurecer y además falta poco para que esté lista la comida.

Le dije que no, que tranquila.

Salí y ya estaban desesperados  por irse.

Empezamos a avanzaren dirección a una brecha que había detrás de la cabaña.

Ese sendero era apenas para un par de personas de ancho.

Continuamos por ahí casí 15 minutos, la neblina comenzaba a intensificarse.

El frío empezó a hacerse todavía mas presente.

Platicábamos de todo un poco, uno de mis primos nos contó que le encantaría  ver a algo ya sea un animal o algo digamos extraño, yo solo le dije que no sería divertido y que no dijera mensadas.

Llegamos a un apartado donde había arboles derribados y estaban bloqueando el camino,  justo ahí creí que sería tiempo de regresar a la cabaña. 

Se molestaron todos por que querían continuar, yo al ser la mayor sentía la responsabilidad y me  mantuvefirme, regresamos  sobre el mismo sendero por el que veníamos.

De camino a la cabaña nos pareció ver una luz, no en el cielo, sino en el interior del bosque por fuera del camino.

Parecía ser de una antorcha ya que era una luz que parecía flotar y que se movía onduleandose de un lado para otro, mientras se desplazaba lentamente.

Parecía avanzar paralela a nosotros, eso fue realmente extraño, ya que no sabíamos quién o qué era.

Seguíamos avanzando y aquella iluminación continuaba avanzando, aún faltaban cerca de 10 minutos para llegar a la cabaña y yo sentía ya mucho miedo, era la mayor y eso me hacía sentir responsable.

De un momento a otro, esa luz parecío volverse mas pequeña y mas pequeña hasta que desapareció, no se si se apagó o solo se alejó.

Eso nos dejó un poco mas tranquilos y por fin estábamos llegando a la cabaña.

No dijimos nada de la luz, a final de cuentas, sabíamos que si contábamos algo, ya no nos dejarían andar libres por ahí, además que no supimos en realidad que era.

Entramos y ya estaba lista la comida, nos senamtos a comer y aquella situación de miedo y estrés, pasó.

A la noche salimos a la terrazita de la cabaña, le pusimos el carbón a la chimenea que había en el centro y nos pusimos a comer bombones asados.

Los adultos platicaban de experiencias que formaban parte del pasado, tomaban tragos y reían.

Nosotros estábamos sentados frente a la chimenea con bombones pinchados en palitos. 

El ambiente era my cómodo, relajado, había música y todos disfrutábamos mucho de ese momento.

Un par de horas mas tarde a mi hermana le dio frío y mi papá la acompañó al cuarto para ir por su chamarra.

Seguíamos comiendo y pasandola muy bien, mi prima quería hablar conmigo, aspi que nos alejamos un poquito del círculo de la fogata, sin salir de la terraza, pero si alejándonos de la multitud.

Ella, durante la noche me había dicho que tenía miedo y se había mantenido muy nerviosa por lo sucedido durante la tarde en que salimos a explorar.

Dayana, qué habrá sido lo que vimos en el bosque?

No lo sé Alejandra, pero sea lo que sea ya pasó.

Qué tal si era alguien o si era un fantasma.

Ale, tranquila, este lugar debe estar bien cuidado así que si es alguien, de seguro era alguien estaba explorando como nosotros y de lo otro, no creo que sea un fantasma o algo así… no manches.

Nos quedamos un rato mas, realmente Alejandra estaba nerviosa y me costó trabajo tranquilizarla.

Habrá pasado media hora cuando después de un rato ya se calmó un poco mas y volvimos a reintegrarnos al círculo al frente de la fogata.

Después de unos minutos a ella y a su hermano Antonio les dío frío, decidieron entrar a la cabaña para ir por sus respectivos abrigos.

Yo los seguí con la mirada mientras pensaba en lo nerviosa que estaba mi prima.

Despues de un momento los perdí de vista.

Me levanté por la bolsa de bombones y justo cuando estaba pinchando uno de ellos con mi rama, esuchamos un grito, nos paramos de inmediato y entramos en la cabaña, cuando estábamos por   subir las escaleras, vimos a Alejandra bajarlas a gran velocidad, seguida por  Antonio.

Mi papá y mi tía trataron de contener a Alejandra quien hábilmente esquivo las manos que pretendían sujetarla, salió hasta la terraza y se colocó a un lado de la chimenea.

Salí en su busqueda y ahí la ví, estaba como echa bolita.

- Estás bien?  ...  Qué pasó?

La la la Ventana, había algo en nuestra habitación en la ventana.

-Qué era, era alguien?

-No lo sé, pero había algo.

Corrí hacía la cabaña, me acerqué a mi papá y le dije que había visto algo en el cuarto de nosotras.

Subieron y mientras me quede con la mirada jijada en Antonio, estaba sentado en el primer escalón de las escaleras y tenía la mirada perdida mientras de sus ojos bortaban lágrimas sin parar.

Subí con mi papá y mi tío que habían subido, ellos iban lento, quizás iban lento por si es que alguien había entrado y sorprenderlo.

Cuando estuvims afuera de la habitación, la puerta estaba emparejada.

Mi tío empujo la puerta para abrirla y estaba todo apagado, lo único que se alcanzaba a ver era el ventanal de la habitación, se marcaba perfectamente pues la luz de la luna lo iluminaba perfectamente.

En el centro pudimos notar algo, era una clase de sombra que se encontraba al parecer detrás de las cortinas, era una figura que estaba del tamaño de la ventana y debo decir que la ventana estaba dese el piso hasta el techo.

Era gigante esa silueta, pero a pesar del tamaño descomunal de su cuerpo, su cabeza parecía aun mayor, sus brazos eran largos y deformes.

Un sonido que mas que voz parecía chillido se hizo presente:

Lo están viendo?

Mi tío estaba asustado, papá encendió la luz y y aquella figura paso a ser un bulto tras las cortinas. 

Mantente atrás de mi Dayana.

Mi papá con su mano temblorosa me puso detrás de él.

Mi tío se quedó junto al apagador de la luz, parecía que no se podía mover… apenas y respiraba.

Paso a paso, mi papá avanzó hacía la ventana, se armó de valor y la desplzao hacía un lado.

No había nada, la abrió y se asomó por ella, esperando  ver a alguien o a algo fuera de la cabaña.

Nada, no había nada ni nadie, después de esto, llegaron mi tía,  mi mamá y mis primos.

Ayudamos a levantar a mi tío que para entonces ya se encontraba sentado en el piso.

Mi mamá al ver a mi papá le pregunto que que pasaba.

Guarda en una maleta las pijamas de los niños, nos vamos a un hotel a pasar la noche.

No dijo mas y mi mamá al ver sus ojos y escuchar su voz, no preguntó mas.

En 20 minutos ya estabamos camino al pueblo para rentr habitaciones para pasar la noche.

Al día siguiente después de hablar con quien le rentó la cabaña pudo negociar cambiarnos para otra cabaña, un poco mas pequeña.

Estaríamos mas apretados pero ya no estaríamos en esa cabaña donde habíamos visto esa sombra.

El resto de los días en la nueva cabaña pasaron tranquilos y pudimos disfrutar de aquel viaje luego de esa aterradora noche.

En la actualidad seguimos yendo a Mazamitla, pero ya nos fijamos que no sea en esa cabaña.




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